lunes, 13 de mayo de 2013

A las tres de la tarde

   Una mansión llena de gente: amigos y curiosos, gente joven. El suelo enmoquetado y las paredes forradas con papel pintado. Techo alto y cortinas de terciopelo, barroca decoración. Zone sigue tumbado en el mismo sofá con la mirada perdida, al fondo distingo la cabellera rubia de Sanlo. El sillón de Jackar sigue hoy vacío. En su habitación, el dueño de la casa está sentado en un cómodo sillón de piel, leyendo una revista.
   Gente drogándose. En esa casa no hay consciencia, es todo un universo surrealista, otro mundo protegido por esas paredes, donde hay calidez y luz. Hay buen ambiente, pero cada una de esas personas que están allí tienen negras intenciones. Es nuestro lugar y preferimos llevarnos bien, eso nos mantiene unidos. Un alma negra, un alma manchada. No hay confianza, pero compartir ese sentimiento hace que nos protejamos. El lugar donde estar cuando estás perdido.
   El dueño, el millonario, el que posee este refugio, pregunta por la colegiala. -¿Va a venir la colegiala?- pregunta a su íntimo amigo con un tono relajado mientras pone esa cara perversa de media sonrisa. Parece que sí va a venir. Es una niña con el pelo recogido en una cola de caballo. Viste una falda y un jersey, el uniforme de su instituto. Lleva una mochila a la espalda. Se dirige sin miedo hacia él, evitando mirar a los que estábamos allí. Pasa con cara de triunfo y satisfacción, como si se sintiera favorita por tiempo indefinido. Extrañando a las demás personas, pero sentándose en las rodillas de ese hombre como si lo conociera de siempre. Ya sabemos todos lo que va a pasar. Paramos por unos momentos y callamos a posta para oír el concierto de gemidos y golpes. Reímos sobre el tema.
   Todo es de vivos colores en movimiento, humos de opio. Y por un instante pienso en esa chica, por qué está aquí, no tiene porque hacerlo. Lo fácil que ha sido y lo fácil que se irá. Y en cómo se quedará cuando se traiga a otra a la casa, con todas las que lleva y las que llevará hasta el día en que se muera. Debería haber mirado al pasar, porque no se diferencia mucho de nosotros.
   

No hay comentarios:

Publicar un comentario