Tengo
la sensación de que no saldrá bien, y que, probablemente, acabe en
el quirófano, con lo que me gustan los hospitales... Te pasas la
vida pensando que nunca necesitarás ir al médico, que tu salud es
imparable, pero el día menos pensado eres el protagonista de una
nueva enfermedad desconocida para ti. Y vuelves a ser dependiente...
Todo esto si tengo suerte y no la palmo antes de llegar a un
hospital.
Tras
pasar con relativo éxito los controles del aeropuerto, sigo teniendo
la sensación de que el aliento me apesta a goma barata...