sábado, 16 de junio de 2012

The dead of my heart

Hace meses que no oigo tus gritos agonizantes. Sentía dentro de mí todo tu dolor, como te retorcías con cada puñalada. Créeme, me dolió más a mí que a ti. No importa si la idea fue infundada, yo tomé esa decisión. No me arrepiento de lo que hice, antes o después sucedería, aunque no descarto que fuera de otra manera. Recuerdo como me suplicabas que no lo hiciera, que estuviera a tu lado, no en tu contra. Eras demasiado débil e inocente para este mundo, era más fácil acabar contigo. Quizás lo hice porque pensaba que no te irías. Ya no estás. Cada día que pasa, ese momento lo veo más difuso, y a veces pienso que quizás sólo fue un mal sueño, pero no lo fue. Ya sabes quien es el siguiente, y sabías que para esta misión no podías estar presente. Podrías esconderte dentro de mí, yo te podría proteger, pero es mejor así. No me arrepiento de nada. Sin ti la victoria está asegurada. Lucharé por ti, por los momentos en que estuvimos juntos.

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